Acceso a bibliotecas

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International Federation of Library Associations and Institutions (IFLA)

 

Influencia de la política internacional sobre el acceso a la información en las bibliotecas públicas

Con más de un millón de bibliotecas y alrededor de 700 mil bibliotecarios/as en todo el mundo, el sector de las bibliotecas públicas forma parte de la vida de muchas personas.[1] Desde que el acceso a internet se extendió en gran escala en la década del 90, el modo en que las bibliotecas públicas brindan información a sus usuarios y usuarias ha cambiado en forma radical. Los bibliotecarios y bibliotecarias cambiaron su manera de trabajar en la vida cotidiana y los usuarios y usuarias pasaron de usar solamente materiales impresos, a un híbrido integrado por información impresa, electrónica y de acceso en línea por internet. Hoy las tecnologías siguen en pleno desarrollo y todo el tiempo se implementan nuevos métodos para el suministro de la información.

Los/as bibliotecarios/as han mostrado una gran capacidad para adaptarse a los tiempos que corren, pero la percepción de las bibliotecas ha sido difícil de cambiar a veces.[2] Durante la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI), las personas responsables de la formulación de políticas resultaron poco accesibles. El papel de las bibliotecas como proveedoras de acceso público a la información tanto en los países industrializados como en el mundo en desarrollo no fue del todo reconocido durante el proceso de la CMSI y los documentos resultantes de la cumbre minimizaron el rol de las redes de bibliotecas que funcionan hace tiempo comparando su papel con el de las instituciones de salud, las oficinas de correo y los centros comunitarios.[3]

Después de la CMSI, las bibliotecas empezaron a realizar esfuerzos para marcar el lugar que les corresponde en la sociedad de la información y se involucraron más en el desarrollo de políticas de promoción del acceso público a la tecnología.[4] La Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA, en inglés), por ejemplo, reforzó las alianzas existentes con organizaciones internacionales como la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y empezó a trabajar con nuevos aliados de la comunidad dedicada a las tecnologías de la información y la comunicación para el desarrollo. El surgimiento de un compromiso entre bibliotecas como principales proveedoras de acceso público a la información en línea redundó en una mayor coordinación de las actividades de promoción y en una visión de las bibliotecas como los motores de acceso al conocimiento.[5]

Las inversiones realizadas para el acceso a internet empezaron a cerrar lentamente la brecha digital entre las bibliotecas de todo el mundo a partir de 2003.[6] Todavía subsisten algunas desigualdades significativas y difíciles de erradicar, sobre todo en los países en desarrollo; pero también ha habido éxitos como la red Biblioredes en Chile[7], lo la Red Popular Aotearoa en Nueva Zelanda,[8] que brindan acceso gratuito a internet en las bibliotecas. La acción coordinada de fundaciones tales como Global Libraries sirvió para desplegar programas en países como México, Letonia y Bulgaria, mientras el gobierno de Brasil y el de Rusia también empezaron a equipar sistemáticamente a las bibliotecas públicas con terminales de internet.[9] Tanto el sector público como el privado están tomando conciencia de que las redes de bibliotecas son puntos de acceso público y de que los telecentros, igual que otros proveedores de acceso a internet, pueden salir beneficiados si se crean alianzas con las bibliotecas.

Los bibliotecarios/as también se valen de las tecnologías emergentes para brindar nuevos servicios. Las redes sociales ayudan a las bibliotecas de Brasil y Estados Unidos a conectarse con la comunidad de usuarios y usuarias, mientras que en África han investigado sobre la transferencia de información por teléfono móvil.[10] Las nuevas tecnologías se encuentran en las bibliotecas que existen hace tiempo y también en las nuevas que se construyen con ese fin desde Seattle hasta Brasilia, donde cientos de terminales de computadores conviven con los estantes. Las redes Wi-Fi y los servicios de búsqueda remota se extienden más allá de los locales y los horarios de atención al público y convierten a las bibliotecas en instituciones que funcionan las 24 horas del día durante todos los días del año. Además, la provisión de estos nuevos servicios necesita apoyarse en nuevos conocimientos de las personas que trabajan en las bibliotecas – dominar el arte de la navegación por internet no es suficiente.[11] Para ofrecer un servicio óptimo hoy resulta clave la alfabetización informática[12], por lo que UNESCO e IFLA brindan capacitación en esa área.[13] IFLA ofrece lineamientos políticos en su Manifiesto de internet y los talleres sobre estos temas han contado con más de mil participantes procedentes del personal de bibliotecas del mundo. El Manifiesto de internet se basa en el Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y le recuerda al personal de las bibliotecas su compromiso de brindar libertad de acceso a la información a todos sus usuarios y usuarias.[14]

Sin embargo, los servicios más nuevos también pueden generar problemas. En los países industrializados, es difícil equilibrar la demanda de los usuarios y usuarias con la oferta cuando existe una saturación de la demanda de terminales informáticos y los equipos se utilizan en exceso. Los bibliotecarios/as de todo el mundo se ven obligados a lidiar con las consecuencias del incremento de acceso a la información: el uso de internet por parte de niños y niñas y la instalación de filtros en las computadoras de las bibliotecas públicas es un tema controvertido, sobre el cual existen muchos enfoques diferentes.[15] El aumento del acceso a internet en las bibliotecas exige políticas fuertes que garanticen los derechos de los usuarios y usuarias, pero lamentablemente las decisiones sobre el filtrado de contenidos no suelen estar en manos de los bibliotecarios y bibliotecarias. En este aspecto, el hecho de que tantos gobiernos sospechen del acceso libre y equitativo a internet no ayuda a beneficiar a los usuarios/as de las bibliotecas.

Si consideramos que la censura es una inquietud histórica para las bibliotecas, los derechos de autor son la siguiente preocupación. La legislación sobre copyright en la era digital es obsoleta y obstruye el cumplimiento de funciones básicas de las bibliotecas, como la preservación de materiales. Si bien en el nivel internacional se han conciliado los derechos de propiedad sobre el copyright, no ha ocurrido lo mismo con las excepciones y limitaciones que rigen sobre instituciones tales como las bibliotecas públicas.[16] Esto produce una diversidad de prácticas en el suministro de información digital, con varios países que carecen de legislación para proteger a las bibliotecas.[17] Se soslayan los derechos de grupos marginados, como las personas con discapacidad visual, que no tienen acceso a todos los beneficios de las tecnologías digitales.[18] Las bibliotecas han ejercido presión sobre la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) a fin de reestablecer el equilibrio, pero se enfrentan a una gran resistencia al cambio por parte de los países industrializados.[19]

En general, la era digital ha obligado al personal de las bibliotecas a reexaminar su papel como proveedores/as de información. La participación en la CMSI y el Foro de Gobernanza de Internet (FGI), o el activismo en la OMPI, ha dado a conocer la posición de los bibliotecarios/as en cuanto a los marcos regulatorios de las TIC. Las consecuencias de lo ocurrido el 11 de septiembre de 2001 también contribuyeron, ya que la comunidad de trabajadores/as de las bibliotecas tomó conciencia de que podía sacrificarse la privacidad de usuarios y usuarias en nombre de la guerra contra el terror.[20] Todo lo que se haga en las bibliotecas en cuanto a la capacitación de usuarios/as, suministro de servicios en línea y transferencia de información a través de las tecnologías emergentes debe ser protegido mediante actividades de presión y reclamo organizadas en común por la comunidad bibliotecaria.

Al brindar lineamientos y políticas, algunas organizaciones como IFLA pueden enmarcar el acceso dentro del contexto de los derechos humanos, pero a menudo, la mejor manera de mostrar el valor de las bibliotecas públicas es permitirles la innovación. El proyecto de Investigación de libros de Google, en particular, es un momento importante en la historia de las bibliotecas. La digitalización masiva de libros bajo el régimen de derechos de autor y de dominio público que ha hecho Google tiene el potencial de brindar un acceso sin precedentes a una biblioteca en línea que contiene millones de títulos, incrementando notoria y radicalmente el acceso a la información. Pero el hecho de que Google sea probablemente la única organización que cuenta con los recursos necesarios para realizar esa hazaña hace que muchos integrantes de la comunidad bibliotecaria se pregunten si la ausencia de competencia en el mercado no pondrá en jaque la misión de las bibliotecas de proporcionar un acceso equitativo a la información, la privacidad y la libertad intelectual a usuarios y usuarias.[21] El resultado final aún no se puede prever, pero al participar en el proyecto de Google y en otros proyectos innovadores tales como las bases gigantes de datos en línea como Europeana[22] y la Biblioteca Digital Mundial,[23] las bibliotecas demuestran su valor como proveedoras claves de acceso a la información a través de tecnologías, al servicio de todos los miembros de una comunidad, presente físicamente en sus sedes o a miles de kilómetros, gracias a una laptop.

 

[1]           OCLC (2003) Libraries: How They Stack Up, OCLC, Dublín. www5.oclc.org/downloads/community/librariesstackup.pdf

[2]           De Rosa, C. et al. (2005) Perceptions of Libraries and Information Resources, OCLC, Dublín. www.oclc.org/reports/pdfs/Percept_all.pdf

[3]           Plan de Acción de Ginebra, CMSI (2003) http://www.itu.int/wsis/outcome/booklet/plan_action_C2-es.html

[4]           Havisto, T. y Mincio, M. (2007) Libraries and the WSIS Action Lineswww.ifla.org/files/wsis/Documents/libraries-and-the-wsis-action-lines-en.pdf

[5]           Tise, E., Raju, R. y Massango, C. (2009) Libraries Driving Access to Knowledge: A Discussion Paper, Boletín de IFLA, 34 (4), p. 341-346.

[6]           IFLA (2008) IFLA/FAIFE Informe mundial 2007, IFLA, La Haya. www.ifla.org/files/faife/ifla-faife_world_report_series_vii.pdf

[7]           APEC (2008) BiblioRedes: Abre tu Mundo Overview. www.apecdoc.org/alliance/chile/biblio_redes/overview

[8]           National Library of New Zealand (2008) Aotearoa People’s Network Impact Evaluation 2008www.peoplesnetworknz.org.nz/APN_Impact_Report.pdf

[9]           Murilo, J. (2009) Bibliotecas Públicas Digitais e Redes Sociais – uma proposta para democratizar a informação (inédito); Bill and Melinda Gates Foundation (2009) Libraries.www.gatesfoundation.org/topics/Pages/libraries.aspx

[10]         Farkas, M. (2007) Social Software in Libraries: Building Collaboration, Communication, and Community Online, Medford, New Jersey.

[11]         Rich, M. (2009) In web age, library job gets an update, New York Times, 16 de febrero.www.nytimes.com/2009/02/16/books/16libr.html

[12]         La alfabetización informática se puede definir como un medio para “empoderar a las personas de cualquier sector social a fin de que puedan buscar, evaluar, usar y crear información de manera eficiente y alcanzar así sus objetivos personales, sociales, ocupacionales y educativos”.” IFLA/UNESCO (2005) Faros de la Sociedad de la Información: Proclamación de Alejandría acerca de la Alfabetización Informacional y el Aprendizaje de por Vida http://www.infolit.org/International_Colloquium/alexprocspa.pdf

[13]         Se puede encontrar más información sobre alfabetización en: www.infolitglobal.info

[14]         IFLA (2002) Manifiesto sobre Internet de la IFLA.http://archive.ifla.org/III/misc/im-s.htm

[15]         Hamilton, S. (2004) To What Extent Can Libraries Ensure Free, Equal and Unhampered Access to Internet Accessible Information Resources on a Global Scale? IFLA/FAIFE, Copenhagen.www.ifla.org.sg/faife/report/StuartHamiltonPhD.pdf

[16]         IFLA, eIFL y LCA (2009) Statement of Principles on Copyright Exceptions and Limitations for Libraries and Archiveswww.ifla.org/files/clm/statements/StatementofPrinciplesSCCR20.pdf

[17]         Crews, K. (2008) Study on Copyright Limitations and Exceptions for Libraries and Archives, OMPI, Ginebra. www.wipo.int/edocs/mdocs/copyright/en/sccr_17/sccr_17_2.pdf

[18]         Sullivan, J. (2007) WIPO Study on Copyright Exceptions and Limitations for the Visually Impaired, OMPI, Ginebra. www.wipo.int/edocs/mdocs/copyright/en/sccr_17/sccr_17_www_111453.pdf

[19]         Love, J. (2009) Obama joins group to block treaty for blind and other reading disabilities, Huffington Post, 28de mayowww.huffingtonpost.com/james-love/obama-joins-group-to-bloc_b_208693.html

[20]         Hamilton, S. (2008) Freedom of Information versus War on Terror, trabajo presentado en el Foro Social Europeo de Malmö, Suecia, 18 de septiembre. openesf.net/projects/librarians-for-informational-commons-and-another-europe/libraries-and-the-war-on-terror

[21]         Band, J. (2008) A Guide for the Perplexed: Libraries and the Google Book Settlement. wo.ala.org/gbs/wp-content/uploads/2008/12/a-guide-for-the-perplexed.pdf 

[22]         www.europeana.eu/portal

[23]         http://www.wdl.org/es/